El mantenimiento de maquinaria que vimos en pasados post es recomendable seguirlo desde el servicio técnico autorizado (para qué andarse con rodeos...). Es la opinión que defienden tanto el distribuidor como el fabricante. Ocurre en la práctica diaria de las explotaciones que, al igual que en cualquier taller, a menudo dejan sus reparaciones en manos de mecánicos propios con amplias capacidades, pero también sabemos que no siempre es así.
Rara vez se llevan a cabo revisiones programadas de una máquina usada, reduciendo este servicio que ofrece el distribuidor al tramo de tiempo que dura la garantía. Sin embargo, de hacerlo, tendría muchas ventajas, incluida la económica, en contra de lo que se pueda pensar, porque, a la larga, las manos que manipulan la herramienta suelen hacerlas malas, buenas, o mejores.
El fabricante deposita la confianza en sus distribuidores. Es corriente que exista una conexión directa entre ambos. Esto favorece siempre al cliente último: se obtiene mejor comunicación para decidir cambios de piezas, se conocen circunstancias y los motivos de averías, su garantía, la inter-conexión favorece la relación, y el historial de colaboración allana caminos, a apriori, conflictivos.
Pero en ocasiones dejamos que personal no cualificado intervenga en reparaciones complejas. Es cierto que cada vez ocurre con menos frecuencia porque se confía más en el técnico especializado y en la opinión profesional. Esto redunda en consecuencias positivas:
10 ventajas para el cliente que, a la hora del mantenimiento, elige el servicio técnico oficial:
Se cubre la garantía soportada por el fabricante cuando la máquina es nueva
Cuenta con personal autorizado: la especialización favorece el montaje
La experiencia es más que un grado: se conocen los puntos débiles
Montaje de piezas originales: se sustituyen bajo los parámetros que diseñó el fabricante
Orden y organización: un sistema de trabajo sistemático favorece el desarrollo de la reparación.
Existe un contacto directo con el fabricante: ambas partes se involucran en terminar el trabajo.
Herramienta adecuada: montar y desmontar es más seguro y rápido con los útiles exclusivos.
Rapidez: es más productiva la operación cuando eliminamos tiempos muertos.
Económico: hacerlo de una vez es mucho más económico que incidir en reformas y errores continuos.
Ofrece continuidad a la marca: aunque suene egoista, favorece a todas la partes que el distribuidor tenga continuidad en su actividad profesional: el cliente tiene garantizada su cobertura técnica, el fabricante sigue en la zona, y el distribuidor mantiene el negocio.
Es cierto que nuestro punto de vista carece de objetividad (escribimos desde Utilcampo), pero también lo es el hecho de que para plasmar las ventajas de este post ha sido preciso analizar los pros y los contras, y en esta comparación, ganaron las ventajas. Claro que, para opiniones, colores. No estaría mal conocer la vuestra. Tendremos poco que objetar porque, como bien sabemos, cada cual tiene la suya. N´est-ce pas?
Para los que leéis el post y no pertenecéis al mundo agrícola, veréis que lo argumentado es extrapolable a cualquier ámbito de nuestra vida. Sustituyamos la maquinaria de campo por los electrodoméstico de casa, el coche o reloj de pulsera, y tendremos exactamente las mismas ventajas que exponemos para la empresa agrícola. De esta manera no quedais libre de dar vuestra opinión, os invitamos a que os mojéis.Siempre está en vosotros tomar una decisión u otra: reparación a cargo del voluntarioso manitas, o de tu mecánico de confianza, o bien a manos del servicio técnico. ¿Qué me decís?
Moisés Zamora Bayo