¿Por qué asistir a una formación agrícola continua?
De todo no se puede saber, esto es obvio. Mucho menos si la actividad profesional que realizas es cambiante, innovadora, regenerativa y productiva como lo es la nuestra: la agrícola; tanto que, a ojos de otros sectores y surcando crisis, se la puede catalogar como fenómeno económico, valor refugio, casi una “moda”.
La formación continua a la que nos referimos tiene como objetivos mejorar conocimientos, competencias y aptitudes en una perspectiva relacionada con la actividad profesional. Si compartimos la idea de mantenernos actualizados y abiertos a la nueva onda agrícola, ¿qué os parece incluir en la estrategia empresarial la formación agrícola continua como valor a desarrollar? ¿Nos abrimos al mundo y participamos de todo aquel “input” que nos ofrezca posibilidad de crecimiento? ¿Lo acogemos haciéndolo nuestro para sacarle rendimiento?
15 razones por las que participar en una formación agrícola continua:
- Aprendes: siempre hay alguien que sabe más que tú. La innovación no cesa.
- Actualizas conocimientos: la obsolescencia “mata” (profesionalmente hablando). Es preciso afianzar criterios.
- Asistes a experiencias reales: ningún aprendizaje es comparable a la interiorización activa, participativa.
- Comparas estrategias: hay empresas que funcionan mejor que la tuya. Estudia por qué.
- Intercambias pareceres: los motivos por los que otros trazan su estrategia te pueden crear nuevas expectativas.
- Conoces a tus iguales: la relación entre los de tu sector te hace crecer.
- Humanizas la actividad profesional: entiendes que tras una relación comercial existen PERSONAS.
- Apertura al mundo: “vender” la marca pasa por una relación directa de oferta al resto del sector. Existe una oportunidad de encontrar nuevos colaboradores.
- Relativizas barreras: la realidad de otros te ofrece herramientas que ayudan a derribar muros propios construidos a base de complejos o miedos.
- Forjas una seguridad profesional que a buen seguro proyectarás comercialmente
- Zona de intercambio: comunicas tu opinión para ayudar a desarrollar al resto de participantes. Hay quien incluso te lo agradece y refuerza tu ego.
- Confrontas: discutes pareceres, procedimientos, estrategias.
- Desmontas falsos mitos: nada como conocer la información de primera mano
- Traspasa fronteras: sales de la monotonía diaria
- Inviertes en ti: y esto sí que quedará para los restos.
Apuesto que, buscando razones, tendrás otras 15 distintas por las que seguir una formación continua allá donde se dé. Por cierto, no todos se atreven a sentar cátedra sobre una actividad formativa. De ahí que cuente con nuestro aplauso todo aquel que, independientemente que diseñe la formación conforme a criterios más o menos reglados, se atreva a organizar encuentros, cursos, jornadas, demostraciones, pruebas o sucedáneos que nos hagan crecer. Sirva pues este post como reconocimiento a los “valientes” que vieron en la formación y desarrollo un puntal de su estrategia empresarial. Gracias.
Moisés Zamora Bayo
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